lunes, 30 de septiembre de 2013

Un Mordisquito, por favor ~ FanFic/Mi custodio ~ Nishta

Aquí regreso para actualizar el blog con otro fic... en este caso el primer fic que hago de una novela y no de un Mmanga/comic como he hecho anteriormente ^^...

La novela en cuestión es Mi Custodio de Laura Nuño, del que realicé crítica hace unos días y podéis leer aquí.

Los personajes que aparecen en este fic, son secundarios a la historia principal de Alba y Ronan, pero que bajo mi punto de vista necesitaban su momento de intimidad. Y como soy una buena ser humana... lo escribí para que los que queráis leerlo compartáis mi punto de vista, no por el lado morboso y pornoso de la misma jajajja

Espero que disfrutéis con la lectura o que al menos os entretenga ;)

Un Saludo y suerte, Buscador@s....

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Un mordisquito, por favor


Rafa caminaba nervioso por la habitación que compartía con Wiza en su casa, bueno, mejor dicho, en el lujoso sótano de este. No podía creer lo que ocurriría en apenas unos minutos, si alguien le hubiera preguntada qué es lo que estaría haciendo en ese momento, él habría contestado felizmente, y muy seguro, que estaría estudiando algún caso para el bufete de abogados donde trabajaba. Pero la realidad era otra, una realidad muy distinta.

En apenas veinticuatro horas todo su mundo había cambiado. Su relación con Wiza se había extinguido por culpa de un ex suyo, el cuál le había dicho a Wiza su condición sexual y sus sentimientos. Un detalle que había ocultado a propósito para no perder su amistad. Rafa pensó morirse en ese instante, el semblante de Wiza era de rechazo y, atendiendo a eso, Rafa puso tierra de por medio hasta que  necesitó a Wiza para ayudar a su amiga Alba.

Todo eso quedaba en el olvido, ocultado por una tenue niebla de pasión al recordar cómo Wiza lo había besado por primera vez en su apartamento, después de estar dos semanas sin verse. Le había revelado su amor a pesar de la confusión que esos sentimientos le habían provocado, era la primera vez que un hombre lo atraía sexualmente. Rafa sonrió al recordarlo, acariciando sus labios, en busca del calor que sentía en ellos cada vez que Wiza lo besaba.

Rafa conocía el secreto de WIza junto con todo el mundo que existía paralelo al de los humanos, pero aún le asustaba en cierta manera el ritual que llevarían a cabo esa tarde. Un ritual por el que se vincularían de por vida, toda la eternidad, y serían Compañeros.

-          Esto es más fuerte que casarse – susurró Rafa mesándose el cabello y sentándose en la cama.

Así fue como lo encontró Wiza, sentado en la cama y respirando trabajosamente. Sonrió al verle porque él se sentía exactamente igual, nunca hubiera imaginado que los dioses le dejasen encontrar a alguien para él, ya había aceptado la eternidad en soledad, pero ahora no podía pensar en ello, no era capaz de imaginar un día más sin tener a Rafa a su lado.

¿Quién le iba a decir al visigodo que acabaría rendido a los pies de un hombre? ¡Un hombre! Cuando él era conocido por la fogosidad con las hembras, por su pasión incontrolada en ocasiones, pero aquel humano de ojos grises había terminado con aquello, había acabado con su bravuconería y le había enseñado lo que era el amor y el sentirse vivo de nuevo.

-          Ronan y Alba vendrán en un momento… - le dijo Wiza quedándose en el umbral de la puerta - ¿Quieres… - no se atrevía a pronunciar esas palabras, pero debía darle una última oportunidad a Rafa – quieres seguir adelante?
-          ¿Por qué dices eso? – Rafa abrió los ojos por completo - ¿Quiere pararlo tú?

No pudo evitar que su voz sonara entrecortada al caer en la cuenta de que quizás Wiza se estuviera arrepintiendo de ello, total, ya se habían acostado el día anterior. Rafa le fue enseñando lo que dos hombres podían hacer en la cama, le fue dando instrucciones y sabía que ambos habían disfrutado por igual. Ambos acabaron jadeando y sudorosos después de su primer encuentro.

-          ¡No, por los dioses!
-          ¿Entonces…? –  preguntó Rafa.
-          Estás nervioso, se te ve de lejos. Tienes la respiración acelerada… 
-          Estoy nervioso – dijo levantándose - porque nunca pensé que te fijarías en mí, me valía con que estuvieses a mi lado tomando una copa, que me regalaras tu sonrisa aunque luego suspirases por una mujer… - había llegado a su lado, se detuvo a un suspiro de su cuerpo - Ahora sé que serás mío, al igual que yo tuyo. Para siempre, por siempre…
-          ¡Ya habéis empezado! – gritó Alba al verlos tan cerca y escuchando las palabras de su amigo -. Nos tendríais que haber esperado…
-          No pensé que tuvieras tantas ganas de poner el culo, visigodo – tres pares de ojos se giraron a la vez, mirando a Ronan intensamente -. ¡Era broma!
-          Ignorar al guarro este – contestó su albina -. Nosotros estamos listos, ¿vosotros?

Alba miraba a su mejor amigo sonriendo y con los ojos empañados por las lágrimas, sabía cuán importante era aquel momento para Rafa. Su amigo se merecía el amor como el que más, y aquel Custodio de rubios cabellos, se lo regalaría a cada momento del día. 

Ambos hombres se miraron una última vez y asintieron, dando así por contestada la pregunta que Alba les había formulado con voz temblorosa. Juntos se acercaron a la cama, dejando entrar a Alba y Ronan en la habitación.

-          No sé muy bien cómo empezar – Wiza miró a su hermano Custodio.
-          Solamente deja que hable tu corazón, deja que diga todo lo que sientes por ese macho – Ronan apretó contra su costado a Alba, recordaba muy bien cada palabra que le había dicho en su vinculación, al igual que cada caricia que ambos compartieron. 
-          Está bien – Wiza cerró los ojos, suspiró y, al abrirlos, se encontró con la dulce cara de Rafa, que lo miraba emocionado –. Demonio, no sé qué hiciste conmigo, pero no sabes cuánto me alegro. Nunca creí posible tener a alguien a mi lado cada día de mi larga existencia, he esperado más de mil trescientos años para tenerte. Y ahora que al fin te tengo entre mis manos – acompañando estas palabras Wiza entrelazó sus manos – no te dejaré escapar. Eres mío, sé mi Compañero. Acepta la vida que te doy, mi condición y mi existencia. Toma mi sangre y deja que yo tome de la tuya… – Rafa asintió –. Debes decirlo – Wiza lo besó en los labios, le encantaba aquel macho.
-          Perdona – Rafa sonrió por su desliz –. Como te dije antes, soy tuyo al igual que tú eres mío. Para siempre y por siempre…

Alba no pudo evitar aplaudir y salir disparada hacia su amigo para abrazarlo con fuerza y llorar por su felicidad compartida. Ambos Custodios se miraron sonrientes y se estrecharon la mano como dos guerreros, sujetando sus antebrazos con vehemencia.

-          Alba, cariño, debemos dejarlos… - Ronan tiraba de su albina al recibir una mirada de impaciencia por parte de Wiza – Aún deben sellar el vínculo.
-          ¡Cierto! - Alba guiñó un ojo a Rafa y golpeó a Wiza en el estómago –. No hagáis mucho ruido... – sin añadir nada más, los dejaron solos, cerrando la puerta en su precipitada salida. 

Pero a pesar de aquella salida y el portazo que siguió, ninguno de los dos prestaba atención a la dispar pareja. Seguían uno delante del otro, mirándose, devorándose con la mirada. Rafa fue el primero en moverse, como era común en sus encuentros de cama, Wiza sentía esa timidez de primerizo que tanto le gustaba a Rafa.

-          No, espera – Wiza sujetó la mano de Rafa -. Déjame a mí - Rafa asintió y esperó a que el hombre que tenía en frente de él fuera quien mandase aquella vez. 

Wiza metió sus manos por debajo de la camisa de Rafa, acariciando su caliente piel, notando la tensión de todos los músculos de su estómago, marcados gracias a las horas de gimnasio. Observaba a Rafa fijamente, sin apartar su mirada de la de él, atento a cualquier reacción que pudiera tener aquel macho. Continuó con su movimiento hasta llegar a los pectorales, encontrando sus pezones, endurecidos por sus caricias y el deseo. Sin poder resistirse, bajó su cabeza hasta donde estaba sus manos y, por encima de la camisa, mordió aquella pequeña protuberancia, arrancando un entrecortado gemido a Rafa.

Sintiéndose valiente, le quitó la camisa, dejando al descubierto su suave y bien cuidado torso. Aunque Rafa no iba a quedarse quieto, dejaría que Wiza llevara el mando, pero a cada prenda que él le quitara, Rafa igualaría su apuesta. Rápidamente la blanca camisa de Wiza siguió a la suya, dejando al descubierto un pecho más grande y fuerte que el suyo, haciéndole la boca agua con solo pensar que aquel hombre era suyo.

-          Eso es hacer trampas – le reprochó Wiza.
-          Eso es jugar limpio – le sonrió.

Wiza lo besó ferozmente, la sonrisa de Rafa siempre tenía ese efecto en él. Sus cuerpos se unieron en un fuerte choque, desequilibrando a Rafa y que cayera en la cama, quedando sepultado por el cuerpo del visigodo. El beso continuó igual de salvaje, enredando sus lenguas y chocando sus dientes, una lucha sin miedos o timidez. 

Mordiendo el labio inferior de Rafa, Wiza terminó el beso, besando su barbilla para  descender por su cuello, jugando a una carrera lenta y sensual por la piel del hombre que estaba debajo suyo. Lamía la suave piel de su cuello, allí donde la arteria le indicaba que Rafa estaba bajo su hechizo, una arteria que le llamaba para que la mordiera y se alimentara al fin de aquella roja esencia. Pero no aún, ignoró aquella sed, ordenando a sus colmillos que esperasen.

Siguió su camino por el pecho, acariciando con la lengua toda su extensión, torturando los endurecidos pezones, oscuros y erguidos por la pasión. Con sus manos, empezó a desabrochar los pantalones de Rafa, donde una rugiente erección pedía su atención. Con la ayuda de Rafa consiguió deshacerse de aquel estorbo, que podrían marcar el culo del macho divinamente, volviendo loco a Wiza, pero, en ese momento, no los quería a la vista. Ahora solo quería lo que sus manos sujetaban, la prueba del deseo de Rafa. 

Dejando su cuerpo ser guiado por Wiza, se sentó en la cama, dejando que éste quedara entre sus pierdas. Con las miradas fijas, Wiza se dejó caer de rodillas ante él, sujetando la erección de Rafa con sus manos. La erección se elevaba orgullosa entre sus manos, llorando por las atenciones que se merecía.

-        No hace falta que.... – Rafa apoyó sus manos en los hombros de Wiza, dispuesto a ser él quien continuara.

Wiza ignoró esa advertencia y con su lengua recorrió toda la longitud de Rafa, dejando un húmedo camino de saliva, que sopló de seguido. Rafa se estremeció por el frío repentino y olvidó cualquier súplica o condición que hubiera pasado por su cabeza, se dejó caer en la cama, elevando las caderas instintivamente. Wiza estaba atento a cada gesto y sonido que hacía Rafa, aprendiendo de aquello y recordando cómo la boca de Rafa hacía maravillas sobre él. Gimió al recordarlo, sintiendo vibrar su erección dentro de sus pantalones.

Con decisión, se metió el miembro de Rafa en la boca, probando por primera vez el sabor salado de su placer. Subió y bajó por su longitud lentamente, haciéndose con el ritmo adecuado y al tamaño de este. Rafa buscaba el húmedo calor, moviendo las caderas en su encuentro, suspirando su nombre con cada nueva embestida y cada tirón de placer que aquella boca le estaba arrancando.

Las manos de Wiza exploraban el cuerpo de Rafa, llegando a sus testículos y sujetando con fuerza la base de su erección. Rafa enredó sus manos en el rubio pelo del visigodo,  ya perdido en el placer que su boca le estaba regalando, olvidando que era la primera vez que Wiza le hacía aquello. Dejó que Rafa marcara el ritmo que más lo estimulara, con sus manos bajó la cremallera de sus propios pantalones, liberando su erección, que al igual que la de Rafa, estaba dura por el deseo. Copiando el ritmo que Rafa estaba imponiendo, comenzó a acariciarse, moviendo las caderas contra su mano, perdiéndose en el placer de tener a Rafa en la boca y acariciarse con su mano. Sentía la erección de Rafa cada vez más dura en su boca, lo sentía vibrar con cada movimiento,  escuchando a la vez sus jadeos.

-        Súbete entero en la cama – dijo Wiza con voz ronca, soltando a desgana su erección.

Rafa obedeció sin protestar, tenía la vista algo perdida y el cuerpo cubierto de sudor. Se arrastró sin cambiar la posición, de espaldas al colchón y observando a Wiza mientras éste se despojaba de sus pantalones.

No se cansaba de mirarle, de absorber cada curva de su cuerpo y aprendérselo de memoria. Se detuvo cuando su cuerpo chocó contra el cabecero de la cama, quedándose allí sentado, esperándolo con ansia. Wiza se quitó los pantalones y siguió a Rafa, llegando hasta él, colocándose encima y restregando su erección contra la de Rafa, probando la suavidad que envolvía su dureza. Se besaron con ganas, ebrios de placer, ambos en el límite de su sentido común.

-        Gírate, pon tus manos en el cabecero – susurró Wiza contra sus labios.

Rafa  se colocó de rodillas ante Wiza, dejando expuesto su cuerpo y sujetando el cabecero como le había dicho, expectante a lo que Wiza tenía pensado. Lo escuchó moverse en la cama, alejándose ligeramente de él, para coger el lubricante del cajón de su mesita. Rafa sintió más que vio cada movimiento que su compañero estaba realizando, sintió el frío líquido caer entre sus nalgas, llegando hasta el pequeño orificio que Wiza masajeaba, preparándolo para él. Un dedo entró, salió y regresó de nuevo a él, obligando a Rafa a cerrar los ojos y mecerse en su encuentro, sacándole un trémulo gemido. Pronto dos dedos imitaron al primero, tímidamente al principio para volverse más urgentes segundos después.

-        Wiza por favor... –  la voz le salió en un susurro.
-        ¿Estás seguro?
-        Entra en mí de una vez – Wiza no necesitó más instrucciones, esa vez sí sabía cómo reaccionar. 

Dirigió la punta de su miembro hasta la entrada dilatada de Rafa, empujando lentamente, entrando centímetro a centímetro en él. Ambos cuerpos se tensaron al tocarse, sus caderas se apretaron contra las nalgas de Rafa, quedando enterrado por completo en él. Los movimientos primitivos que el deseo desataba comenzaron, los jadeos y gruñidos se mezclaban con el sonido de sus cuerpos al chocar.

-          Ahora no tengas miedo – dijo Wiza entre embestida y embestida, llevó su muñeca a la boca para rasgar su piel y dejar que la sangre brotara -. Bebe de ella…

Rafa lo miró por encima del hombro, sus ojos se encontraron, dándole la tranquilidad que necesitaba para juntar sus labios a la herida y empezar a beber aquel líquido de sabor cobrizo e intenso. Rafa temía que aquello le repugnara y no le dejara acabar con el ritual, que apartara su boca de la herida, asqueado por el acto. Pero pronto ese miedo quedó relegado al sentir cómo Rafa succionaba con fuerza de la herida. Los dos estaban sorprendidos por ello, Wiza por la reacción no esperada y Rafa por el sabor que su lengua descubrió, tan perfecto y sabroso. Sus miradas continuaron fijas mientras Rafa bebía de él, succionando al igual que succionaba su miembro cuando lo tenía en su boca, jugando con su lengua por los bordes de la herida y gimiendo de placer.

Wiza bajó su mirada hacia el cuello de Rafa, donde latía su arteria. Gruñendo, como un feroz animal, descendió a beber el líquido rojo que corría por debajo de la bronceada piel.

Sus colmillos atravesaron la piel, profundizando hasta encontrar el tan apreciado manjar, con solo un sorbo de su sangre Wiza pensó morir. Sintió cada sentimiento de Rafa, cada doloroso latido que su corazón daba cuando lo veía marcharse con una mujer y él se quedaba solo. Se juró que le haría olvidar aquello, deleitándose en él el resto de la eternidad. Rafa sintió la furia que estaba experimentando Wiza, una furia dedicada contra sí mismo, notaba cada vestigio del amor que Wiza sentía por él y que tanto le costó admitir, haciéndole sollozar por la fuerza del acto que estaban llevando a cabo.

Pero lo que más sentían, era el placer del otro, desbocado y enloquecido en aquel momento, al beber su sangre a la vez que sus cuerpos chocaban sin cesar. Rafa comenzó a acariciar su erección para aliviar su deseo, lo sentía cerca, el mordisco que Wiza le había dado por poco lo lleva al orgasmo, a la pérdida de consciencia que tanto le gustaba y que ahora necesitaba. Sentía los latidos que su miembro estaba dando contra su mano, cómo el pene de Wiza entraba en él y se convulsionaba con cada embestida. Soltó la muñeca cuando llegó al clímax, gritando el nombre de su amante y dejando que el mundo entero desapareciera de su mente, dejando solo sitio para Wiza y para él. 

Wiza le sintió echar la cabeza hacia atrás y gritar su nombre, notó cómo su cuerpo se cerraba en torno a su miembro a causa del orgasmo. Él continuó bebiendo con más fuerza, loco por las sensaciones que estaba teniendo, aunque ese éxtasis sensorial duró poco. Su propio orgasmo llegó y vertió toda su esencia en el interior de Rafa. 

Con un rugido ronco, pronunció su nombre, aún con el sabor de la dulce sangre en los labios. Rafa lo observó y le maravillo, Wiza tenía todos sus músculos marcados, en tensión mientras lo embestía, surcados por gotas de sudor. Aún tenía en su boca restos de su sangre, al igual que en su muñeca, de donde él había bebido.

Cuando todo llegó a su fin, Wiza se dejó caer sobre él, pegando el torso a su espalda y dejándose caer contra la cama. Con extremada delicadeza, Wiza lamió la herida que le había ocasionado a Rafa en su cuello, provocándole de nuevo a pesar de estar saciado y rendido. Después se ocupó de su propia muñeca.

-          Es para sellar las heridas – le explicó a Rafa al ver su mirada interrogativa -. Espero no haberte hecho daño… - dijo abrazándole con fuerza contra su pecho y escondiendo el rostro en su cabello.
-          Yo solo espero... – Rafa lo besó en los labios - más mordisquitos así…

La carcajada que Wiza soltó por esa afirmación de su Compañero, fue lo último que hicieron antes de caer en un sueño reparador. Ambos sonriendo y relajados al haber encontrado al fin a su alma gemela y al hombre que pasaría toda la eternidad a su lado…

4 comentarios:

  1. Ay, ay, que me he emocionado!!! Adoro a ese par de machos. Gracias, un fanfic de sobresaliente. ¡Me ha encantado!
    Besines;

    Lala

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    1. De nada!!!!!

      es que no veas cómo intrigan, sobre todo con la recien descubierta sexualidad de Wiza <3

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  2. Me ha encantado!!! voy a leer esa serie seguro Reinitaaaa!!! *.* quedé maravillada con el fanfic!!! aaaaaaah!!! enserio que si; besos. Mica

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